top of page

Hacia un compromiso efectivo con la educación nacional.

“Nada debe estar por encima del derecho a la educación de nuestros estudiantes”


Trinka Panamá considera necesario referirse a los resultados del Programa para la Evaluación Internacional de Estudiantes (PISA) de 2022, dados a conocer el 5 de diciembre de 2023, los cuales confirman la necesidad de que todos los sectores involucrados en la educación hagan una profunda reflexión sobre la realidad y el camino a seguir. A pesar de las leves mejoras en ciencias y lectura, nuestros estudiantes distan mucho de alcanzar la media de América Latina y, mucho menos, la de los países de la OCDE.


El gran objetivo del diálogo nacional por la educación, que se iniciara en 2016, es lograr que Panamá cuente con un sistema educativo que garantice y promueva el acceso a una educación de calidad, como derecho humano fundamental. Bajo el paraguas del Programa de Naciones Unidas para el Desarrollo, ese diálogo contó con la participación del Ministerio de Educación, Gremios de Educadores, Representantes Estudiantiles, la Confederación Nacional de Padres de Familia de Panamá, el Consejo de Rectores de Universidades (Públicas y Privadas), el Consejo Nacional de Trabajadores Organizados, el Consejo Nacional de la Empresa Privada y Organizaciones No Gubernamentales del sector educativo.


Bajo el consenso de esos sectores, se creó el Consejo Permanente Multisectorial para la implementación del Compromiso Nacional por la Educación (COPEME), con la función de darle seguimiento y monitorear la implementación de las 37 políticas públicas y sus 241 líneas de acción, que permitan alcanzar una educación de calidad y equitativa para la niñez y la juventud panameña.


A fin de que el Consejo avance en la materialización de los objetivos señalados, debe existir un genuino e indeclinable interés de todos los sectores de dirigir esfuerzos concertados en esa dirección.Y eso, lamentablemente, no ha ocurrido. Desde que se formalizó el COPEME en virtud de la Ley 59 del 1 de noviembre de 2018—hace poco más de 5 años --, es poco lo que se ha avanzado en cuanto a los objetivos fundamentales.


Como parte de sus funciones, además de monitorear la implementación de las acciones consensuadas, COPEME retroalimenta al Ministerio de Educación, sobre el avance en la implementación de los acuerdos alcanzados en cinco ejes temáticos: la calidad de la educación, la equidad educativa, la formación de educadores, la gestión de la educación y la inversión educativa. Si medimos el nivel de compromiso de los sectores representados en el COPEME por el récord de asistencia a las reuniones entre marzo de 2019 y junio de 2020, vemos que el Meduca registra una pobre asistencia del 54%; el Consejo de Rectores, del 48%; los estudiantes del 54%, y la Confederación de Padres de Familia del 59%. Mucho más alentador es el nivel de participación de los gremios docentes y del Conato (96% cada uno), y el Conep con 94%.


Una de las fallas evidentes del sistema educativo descansa en el promedio de días efectivos de clases, reducido tradicionalmente por paros y huelgas por razones ajenas a la educación, lo que resta buena parte de los 200 días efectivos de clase que tiene como meta anual el sistema educativo. Cabe observar que, según la UNESCO, cada día de interrupción de clases equivale a 3 días, por su impacto negativo. Ello sin tomar en cuenta el daño a la salud mental y emocional de niños y jóvenes.


Durante la reciente huelga, los estudiantes de las escuelas públicas perdieron 27 días de clases, mientras que en los planteles particulares no se interrumpió el proceso enseñanza-aprendizaje. En efecto, cuando los bloqueos en las vías públicas lo impedían, se aplicó el método de combinar el aprendizaje a distancia mediante la utilización de plataformas tecnológicas, con las clases presenciales.

La Educación fue declarada por el actual gobierno como su “Estrella”; lamentablemente, este será un quinquenio más donde no se le presta la atención, ni se le da el sitial que merece. Es imperativo que los ciudadanos asumamos una posición activa frente al abandono de la educación por parte del Estado.


Los conflictos que se generan por los incumplimientos de los gobiernos no pueden zanjarse, perjudicando al sujeto y objeto de la educación, los estudiantes. Las agrupaciones magisteriales están en la obligación de cumplir con su sagrada misión de educar, y aunque tengan el derecho ciudadano de protestar por causas gremiales y temas de interés ciudadano, no debe ser en menoscabo de los estudiantes.


Los resultados del PISA 2023 no son alentadores para la educación panameña, todo ello agravado por la reciente huelga. Lo vicios señalados han profundizado la brecha entre la educación pública y la particular. Frente a esta realidad. Trinka Panamá propone al gobierno declarar una “Emergencia Educativa Nacional” e invitar a todos los sectores a retomar el diálogo bajo COPEME, para recuperar, no solo el tiempo perdido, sino para evitar mayores perjuicios futuros a la niñez y a la juventud estudiosa. Nada debe estar por encima del derecho de nuestros estudiantes a aprender con calidad.


Panamá, 6 de diciembre de 2023



38 visualizaciones0 comentarios

Entradas Recientes

Ver todo

Comentários


bottom of page