En esos términos se manifestó el consultor Manuel Ferreira en el Foro “Análisis de la situación económica”, patrocinado por Trinka Panamá.
En foro organizado por Trinka Panamá, think tank presidido por el Dr. Miguel A. Cañizales, el consultor económico panameño Manuel Ferreira apuntó algunas de las tareas inminentes que deberá adoptar el próximo gobierno para corregir el rumbo del país, entre cuyas prioridades, puntualizó, está el urgente saneamiento de las finanzas públicas y las distorsiones que afectan el empleo formal, especialmente en la juventud. Ferreira señaló que desde que se aprobó la ley 34 de junio de 2008 de Responsabilidad Social Fiscal, prácticamente todos los gobiernos han solicitado dispensas para subir el techo de la deuda.
Durante el foro celebrado el 19 de marzo en el Hotel Ejecutivo, Ferreira dijo que la adopción urgente de correctivos en política económica y manejo de las finanzas públicas es necesario si es que Panamá se esforzará por evitar la caída del grado de inversión, conforme lo han advertido las calificadoras de riesgo Standard & Poors, Moody´s y Fitch Ratings.
Justamente en su documento “Agenda prioritaria hacia un plan de gobierno 2024-2029”, Trinka propone en su segmento sobre modernización de la administración pública, la necesidad de “sanear las finanzas públicas con el propósito de fortalecer la capacidad de ahorro interno del país y la calificación de riesgo soberano”. De bajarse la calificación de riesgo soberano, puntualizó Ferreira, ello encarecerá el costo de financiamiento no solo para el sector público, sino para la actividad privada.
La “Agenda prioritaria” es un aporte del grupo de reflexión Trinka al presidente que resulte electo por el pueblo panameño el próximo 5 de mayo de 2024. La misma contiene propuestas para recuperar la gobernabilidad y la institucionalidad perdidas, las reformas requeridas por la Constitución tanto en su parte dogmática como orgánica, normas y reformas legales para combatir el clientelismo y la corrupción, la eliminación de fueros y privilegios y otras medidas necesarias para que funcionen adecuadamente los pesos y contrapesos en los órganos del Estado.
Ferreira se refirió al endémico peso que tienen las leyes especiales en el presupuesto anual del Estado. Dijo que entre 2020 y 2023, esas leyes consumieron $2,532 millones del presupuesto. Más grave aún es el enorme gasto público destinado a financiar la planilla. En esos cuatro años, ese renglón consumió el 17% del presupuesto ($15,341 millones).
El conferencista dedicó parte de su charla a los planes de gobierno expuestos a la ciudadanía por algunos de los candidatos presidenciales. Dijo que por lo que ha visto, la mayoría de esos planes carecen de articulación entre los sectores. Puso como ejemplo el caso de la educación que, por su enorme influencia en el desarrollo, impacta al resto de los segmentos de la economía. Dijo que esa deficiencia debe corregirse para lograr los mejores resultados para el país.
Planificar tomando en cuenta la transversalidad de la educación es clave para un plan de gobierno, pues ella se manifiesta en los niveles de desempleo, la productividad y la capacidad de un país para desarrollar su potencial. La transversalidad consiste en un enfoque estratégico para abordar de manera integral los desafíos pendientes.
El economista dedicó parte de su ilustrativa conferencia a desglosar el difícil entorno geopolítico actual, los elevados precios del petróleo y su impacto en la elevada inflación de Panamá, que aun ronda entre el 3.0 y 3.5%, algo lejos del deseable 2.0%.
Ferreira se refirió a las perspectivas de crecimiento de Panamá este año y en 2025, señalando que el efecto de la decisión tomada contra el proyecto de contrato con Minera Panamá, S.A., tendría un leve efecto este año, pero se sentirá con mayor énfasis el próximo. En todo caso, señaló, la prescindencia de la minería reducirá un par de puntos del Producto Interno Bruto (PIB) del país en 2025.
Panamá registró en 2023 un crecimiento de 7.3%, descontada la inflación. Ferreira se mostró optimista sobre la capacidad de Panamá para superar el impacto adverso del cierre de la mina. Si bien Panamá registrará en 2024 una caída del crecimiento de cerca del 2.5%, Ferreira consideró que podrá recuperarse en 2025, porque cuenta con los recursos, pero dependerá de que los políticos que asuman el poder comprendan los problemas socio-económicos que impactan al país, cosa que “hasta ahora no se ve”.
Panamá, 22 de marzo de 2024
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