Un tren que atraviese de la frontera con Costa Rica a la frontera con Suramérica sería el canal que una a todos los panameños, eliminaría la desigualdad, y desarrollaría social y económicamente a zonas que viven en la pobreza y la pobreza extrema.
En esos términos se pronunció el expresidente de la Asociación Panameña de Ejecutivos de Empresa, Carlos Ernesto González De la Lastra, durante un foro organizado por el grupo Trinka, centro de pensamiento que se dedica a tratar temas relevantes para el país y que dirige el catedrático Miguel Angel Cañizales.
Panamá está apoyada en una sola pierna que es la región interoceánica. El 85% del PIB se produce en esa pequeña franja de nuestro territorio, agregó.
Según sus palabras, el tren incorporaría el país al mundo globalizado con más carga. Se acabaría el estigma de que solo el área canalera puede generar riqueza.
El impacto del tren será “la segunda pierna que le falta al país para pararse erguido y no cojeando, para su desarrollo”.
“La obra insignia de mi gobierno será el tren David-Panamá”, dijo en su discurso de toma de posesión el presidente José Raúl Mulino, quien agregó que con esta mega obra “conectaremos al país de forma integral”.
Para González De la Lastra, el nombre del juego que tiene que jugar Panamá se llama “carga”. El tren permitirá mover en forma masiva la carga de toda Centro América y la de Suramérica para aprovechar las 180 rutas marítimas que pasan por el Canal de Panamá y que llegan a 1700 puertos en el mundo con una población estimada de dos billones de personas.
“Ese es nuestro mercado y que hoy se nos escapa porque creemos que la ventaja competitiva está solamente en la región interoceánica”, subrayó el experto en temas marítimos y afirmó que todo nuestro delgado istmo debe atraer carga y nuestra geografía nos permite tener muchos canales secos que atraigan esa carga.
De acuerdo con González De la Lastra, el más beneficiado con el proyecto es el transportista terrestre, porque ni el tren, ni el avión llevan la carga a su destino final. La carga, para llegar al destino final necesita el camión. Más carga más viajes cortos y menos desgaste de sus equipos, a parte que pueden dormir en su casa.
González De la Lastra, impulsor de la Ley Nacional de Puertos, la Ley General de Marina Mercante y de la que crea la Autoridad Marítima de Panamá, indicó que el país tiene muchas necesidades y todas se deben a un manejo burocrático del Estado y un clientelismo y corrupción que han acabado con las arcas del Estado.
No obstante, el experto subrayó que Panamá requiere constituir una empresa con los estándares que exige el Banco Mundial. Su administración tiene que ser transparente y su personal debidamente capacitado para dirigir una empresa de esta naturaleza. Luego que todo esté hecho, reunir a las multilaterales y plantear la necesidad de un préstamo a largo plazo, bajos intereses y con periodo de gracia. Si es aprobado tendremos tren.
González De la Lastra dijo que está convencido de que Henry Faarup y el asesor Roberto Roy, son las personas idóneas para dirigir el proyecto.
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